Mártires de Daimiel

75 años del Martirio

En esta sección se incluyen las biografías de los sacerdotes naturales de Daimiel o que ejercieron allí su Ministerio y que encontraron en algún lugar de la Diócesis de Ciudad Real  el martirio durante la persecución religiosa del siglo XX. Todos ellos acompañan a Ángel Muñoz de Morales Sánchez Cano en la misma Causa de Beatificación.  La finalidad de incluir estas bíografías no es otra que la de extender su conocimiento e incrementar su Fama de Santidad y que sirvan además para completar la documentación y los testimonios y mejorar así la Causa de beatificación por el martirio de todos ellos.

Invitamos encarecidamente a las personas que tengan conocimiento de algun hecho que pueda afectar a la Causa de alguno de estos mártires nos lo indiquen para ponerles en contacto con los postuladores de la misma.

Son los siguientes: 1.-  Matías Fabián Álvarez Rivera, 2.-Victoriano Sánchez Camacho, 3.-Santiago García de Mateos Chaparro,4.- Aurelio Moreno Cruz, 5.- Bernardo López Atochero y López Peláez, 6.-Enrique Fisac Aranda, 7.-José María Rodríguez Madridejos, 8.- Ramón Campillo Villena, 9.-Rafael Sánchez de Milla, 10.-Francisco Rodríguez de Guzmán Carranza, 11.-Emiliano Campillo Ráez , y 12.-Modesto Dopazo Maján Todos estos Sacerdotes. Como seglar José Martín-Gil Maján.

 

1.- MATIAS FABIAN ÁLVAREZ RIVERA

Cura de Villarta de San Juan

Matias Fabian Álvarez Rivera

Nació en Daimiel  (Ciudad Real), el día 20 de enero de 1903. Fue hijo de Matías Álvarez  Muñoz y Presentación Rivera Pareja, naturales de Daimiel. En la Parroquia de Santa María la Mayor recibió el Bautismo de manos de D. José María Rodríguez de Guzmán, el día 25 de enero.En la calle La Plaza transcurrió su infancia hasta que se traslada a  Ciudad Real el año 1913 para iniciar los estudios eclesiásticos en el Seminario, continuando desde el 1924 en Burgos donde se licenció en Sagrada Teología. Acabados brillantemente sus estudios fue ordenado de sacerdote por el Excmo. Sr. D. Narciso de Estenaga Echevarría, el día 9 de mayo de 1927, junto con D. Victoriano Sánchez Camacho Alcázar y celebra su primera misa solemne1927, en  la parroquia donde fue bautizado.Ordenado sacerdote, su primer destino fue Coadjutor de Membrilla, donde estuvo poco tiempo; pero fue muy querido del pueblo. Después es enviado (también de Coadjutor) a la Solana. El destino siguiente fue Párroco de Villarta de San Juan distinguiéndose por su especial esmero por la Catequesis, implantación de la Acción Católica siendo nombrado por el Excmo. Sr. Obispo D. Narciso de Estenaga y Echevarría Consiliario el 6 de junio de 1934, amor a la Eucaristía y a la Santísima Virgen.

Especialmente devoto de la Santísima Virgen se celebraba cada año la novena y fiesta de la Inmaculada con actos religiosos y culturales. Constituye una página de oro  en la historia de Villarta de San Juan la gesta del pueblo alentado por su párroco de la construcción de una nueva  ermita  a la Patrona de Villarta, Nuestra Señora de la Paz, organizándose cultos y festejos extraordinarios los días 23 y 24 de enero  de 1936 como preparación para bendición solemne de la nueva ermita por el Sr. Obispo.

En Villarta de San Juan le cogió la persecución religiosa y el 25 de julio de 1936 se vio obligado a salir de Villarta. El padre, de nombre Matías como el hijo sacerdote, fue a por él y sus cosas en un camión, pensando que estaría más seguro en Daimiel, por ser su pueblo natal. Permaneció oculto en la casa paterna de donde fue sacado varias veces con el consabido pretexto de prestar declaración. Finalmente, en el convento de las Monjas Mínimas, convertido en horrible checa apresaron a  este sacerdote, el día 22 de agosto, era medio día. Y, entrada la noche, fue asesinado con otros cinco sacerdotes y algunos seglares. Sus restos reposan en el cementerio de Daimiel.

Los padres de D. Matías, tenían un familiar muy próximo que gozaba de mucha influencia y autoridad entre los que mandaban en Daimiel durante la guerra civil y, valiéndose de ello, sacó varias veces de la cárcel y libró  de la muerte a algunos familiares y vecinos. Terminada la guerra, al juzgar a esta persona, quienes fueron librados de morir, testificaron a favor suyo.  En el juicio, el fiscal le dijo: ¿-V. tenía también otro familiar sacerdote?  –Sí, respondió –; Y, a éste ¿por qué no lo salvó V.?” Continúo el fiscal. La respuesta fue rápida y lacónica: -“¡Porque era CURA!”. Valioso testimonio de primera mano y documentación histórica del martirio  de tan ejemplar sacerdote.

2.-VICTORIANO SÁNCHEZ-CAMACHO ALCÁZAR

Cura de Terrinches

Victoriano Sánchez Camacho

Victoriano Lorenzo Sánchez – Camacho y Alcázar nació el 10 de agosto de 1904 en Daimiel (Ciudad Real), hijo de Tomás y Francisca; recibió el Sacramento del Bautismo en la Parroquia de San Pedro Apóstol el día 14 de agosto de 1904.

Ingresó en el Seminario de Ciudad Real a la edad de once años. Finalizados los estudios eclesiásticos  y ordenado de sacerdote celebró su primera Misa en el propio Daimiel el 19 de mayo de 1927, pocos días después de D. Matías Álvarez Rivera, su condiscípulo y paisano, mártir también (22.8.1936).

Ordenado de Presbítero fue enviado a Santa Cruz de los Cáñamos y pasó después como Párroco a Terrinches, parroquias en las que, llevado de su juventud, fervor y celo sacerdotal trabajó intensamente, sin miedo ante las dificultades y movido en todo momento por la fuerza de  su fe.

El 25 de julio de 1936, se atrevió  a tocar a Misa, dispuesto a continuar en su sitio y cumplir con su deber de sacerdote, desobedeciendo las disposiciones de la autoridad local que, como en otros lugares,  cerraron las iglesias, prohibieron celebrar el culto y tocar las campanas.

Fue apresado y trasladado a la cárcel provincial y privado de libertad desde el día 29 de octubre y, el 6 de noviembre de 1936, acusado de “rebelión contra los poderes legítimos de la República y, junto con otros, procurase armas que no excedían de tres y adquirir municiones con el propósito de ayudar al alzamiento del 18 de julio de 1936”, fue juzgado y condenado, “como autor de un delito de auxilio a la rebelión a la pena de 14 años de prisión y ocho meses de  reclusión temporal”. (A.H.P. de Ciudad Real, secc. Justicia, sig. 290B).  Sentencia que no llegó a cumplirse porque  esa misma noche del juicio, 6 de noviembre 1936, fue asesinado en el cementerio de Torralba de Calatrava. Todo fue un simulacro de legalidad.

Don Victoriano, según el testimonio de un vecino de Terrinches, compañero en la prisión de Ciudad Real y de los guardianes de la misma, edificó a todos por su piedad constante e intrépida, con sus rezos no disimulados y los sacramentos administrados a sus compañeros de prisión y de suplicio a quienes alentaba y consolaba muy animoso.

Como  buen daimieleño se distinguió por su devoción a la Virgen  de las Cruces y al nos disponer  en la cárcel de rosario, lo sustituyó con un bramante anudado.

3.- SANTIAGO GARCIA de MATEOS y CHAPARRO

Párroco Arcipreste de Daimiel

Santiago García de Mateos y Chaparro

Santiago García de Mateos y Chaparro nace el 6 de febrero de 1869 en La Solana (Ciudad Real). Estudia en el Seminario de Ciudad Real con brillantes resultados académicos y es ordenado Presbítero de manos del Obispo Prior, doctor Josemaría Rancés Villanueva, el 14 de octubre de 1894, «extra tempora», en Ciudad Real.

Como estudiante y seminarista, primero; después, a penas terminados los estudios eclesiásticos, como profesor del seminario, y al final como sacerdote y Párroco, gozó del máximo prestigio en la diócesis y  fue uno de los nueve párrocos consultores en la  Curia Diocesana.

Desempeñó cargos parroquiales como Vicario de la Parroquia de San Pedro de Daimiel desde el 1900 en que llega a esta ciudad, hasta su muerte en 1936 siendo Cura Propio de Santa María por el Concurso de 1904. Declinó los honores de la Catedral y de las canonjías que el obispo Gandásegui le brindara.

Iniciada la guerra de julio del 1936, fue obligado a entregar las llaves del templo de Santa María y a pagar el sueldo de los que montaban guardia -«custodiarlo»- profanándolo, devastándolo y arrasándolo.

Personalmente fue objeto de incesantes vejaciones, insultos y despojos, hasta verse obligado a dejar la casa rectoral y es acogido en casa de don Joaquín Fisac, feligrés de la parroquia.

Citado reiteradas veces a declarar en la “checa de las Mínimas”, en la noche del 23 de agosto de 1936, habiendo sido encerrado a las doce del día, se dijo que fue arrastrado por un auto en veloz carrera a todo lo largo del camino del cementerio, espectáculo horroroso presenciado por el Coadjutor, don Francisco Rodríguez de Guzmán, martirizado el mismo día 23 de agosto, hecho que al parecer fue desmentido en los procesos posteriores a la guerra.

Sacerdote ejemplar, cura párroco y Arcipreste de Santa María, desde el momento de su muerte, así como los nueve compañeros ejemplares han sido considerados por el pueblo de Daimiel como mártires y la motivación de la muerte, sola y exclusivamente por la condición de sacerdotes, según el testimonio del Párroco, testigo de los acontecimientos de la guerra y consignado con detalle en el libro de Bautismo, fol. 29 vt y 30s.

4.- AURELIO MORENO CRUZ

Capellan de las Mínimas

Aurelio Moreno Cruz

Aurelio Moreno Cruz había nacido en Daimiel el 15 de diciembre de 1896  en el seno de una familia cristiana. Fueron sus padres Francisco y  Matilde y recibió el Sacramento del Bautismo el día 26 de diciembre de manos de D. Juan Ramón Cejuela.

Viviendo con su familia en la provincia de Teruel, por ser allí su padre  empleado de Correos, estudió en el Seminario de Teruel. En la Iglesia que los Jesuitas tenían en la calle de la Flor, de Madrid, tristemente famosa por haber sido la primera que incendiaron y destruyeron el 11 de mayo de 1931, recién proclamada la República, cantó su primera Misa el 18 de junio de 1922, fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Comenzó el ejercicio del ministerio en la Diócesis de Teruel, desempeñando el cargo de Coadjutor de Celadas (Teruel), y, más tarde, el de Ecónomo de Campillo (Teruel).

En el año 1924, fallecido el padre, vino a Ciudad  Real, concretamente a Daimiel, su tierra de origen, acompañado de su madre y sus hermanas, y ejerce  como Capellán de las RR. Mínimas.

El 22 de agosto de 1936, igual que otros compañeros, es detenido y llevado al Convento de las Mínimas, convertido en «checa», antesala auténtica de la muerte y del martirio. Una de sus hermanas siguió  a  Aurelio hasta la prisión, poseída de la más amarga pena; y, es encerrada en la prisión con el hermano, por algunas horas. Esa misma noche del 22 de agosto de 1936, fue asesinado por el único motivo de ser sacerdote.

5.-BERNARDO LOPEZ-ATOCHERO y LOPEZ PELAEZ

Adscrito a la Parroquia de San Pedro de Daimiel

Bernardo López Atochero

Bernardo López-  Atochero y López-Peláez, nace en Membrilla (Ciudad Real) el 6 de enero del año 1865, fue bautizado en la Parroquia de Santiago el Mayor en los próximos días y su partida de bautismo se encontraba en el Libro 29, folio 184, del Archivo Parroquial, según se desprende del Libro de Índices de dicho Archivo, no constando la partida original por haber sido destruidos los libros del Archivo Parroquial en el año 1936.

Cursa los estudios eclesiásticos (la llamada «carrera breve») en el seminario de Ciudad Real y, ordenado de presbítero en Ciudad Real el año 1890 por el Excmo. Sr. D. José María Rancés Villanueva, pasa en seguida de Coadjutor a Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real), donde estuvo unos dos años. Después se le nombra Coadjutor de San Pedro, de Daimiel y, en ésta pasa el resto de su vida hasta  su muerte el 25 de agosto de 1936.

Su sencillez, amabilidad y candor le llevaron a hacer amable y llevadera la vida a los pobres  a través de la caritativa obra del “Pan de los Pobres” bajo el patronato de San Antonio. ¡Cuántos panes habrá repartido a los pobres, incluso a domicilio, en sus cuarenta años de ministerio sacerdotal en Daimiel!, dice don José Jiménez Manzanares en el Martirologio Diocesano del año 1947.

Por su condición de hijo de labrador cuidó con especial esmero y celo apostólicos a cuantos estaban afiliados a la Cofradía de San Isidro Labrador.

Las circunstancias  del arresto, persecución y malos tratos son comunes al resto de los sacerdotes de Daimiel. Presos en la «checa» de las Mínimas pretenden que abjuren de la fe y blasfemen. Pero permanecieron fieles hasta entregar la vida.

Destaca por su carácter impresionante su asesinato: “le condujeron al cementerio, obligándole a cavar su propia fosa, disparándole a continuación un tiro sin conseguir matarle, a pesar de lo cual le arrojaron con vida a la misma, entre los gritos de dicho sacerdote que suplicaba por piedad le dispararan más y no le dejaran con vida; lo que realizaron sin conseguir tampoco matarlo. A la media hora le arrojaron una esportilla de cal; y al caerle en las heridas, gritó de nuevo el mártir de referencia, diciendo que estaba vivo; suplicando terminaran de matarle.  Entonces los dirigentes rojos, lo enterraron hasta los hombros, dejándole la cabeza fuera, a la que empezaron a darle puntapiés como a una pelota, consiguiendo de esta forma asesinarlo”(A.H.N. D.3.216.905). Así resulta acreditado fehacientemente de la información practicada por el Ayuntamiento de Daimiel obrante al Fol. 64 de la pieza separada de “Persecución Religiosa” y de la declaración prestada al fol. 90 y 91 vtº de la misma pieza por D. Tiburcio Ruiz de la Hermosa.

Finalizada la persecución religiosa D. Tiburcio, párroco de San Pedro inicia los trámites de recogida de testimonios para el proceso de declaración de martirio de D. Bernardo y D. Rafael Sánchez Milla, coadjutores de la parroquia, aunque no se llevó a su término. Gesto que indica la fama de martirio de D. Bernardo  y demás compañeros sacerdotes muertos en la llamada «noche de los curas» en Daimiel, la del 25 de agosto de 1936

6.- ENRIQUE  FISAC  ARANDA

Adscrito a la Parroquia de San Pedro

Enrique Fisac Aranda

Enrique Fisac Aranda nace en Daimiel el 5 de noviembre de 1883 en el seno de una familia de profundas creencias católicas, en cuya fe  fue educado. Bautizado en la Iglesia Parroquial de Santa María  de dicha localidad el 8 de noviembre de 1883, por  D. Ramón Rodríguez Barbero. Hijo de Ramón Fisac Valverde, médico de profesión y Enriqueta Aranda Cruz, naturales y vecinos de Daimiel.

La desahogada posición económica de la familia permite que inicie estudios de bachillerato en el Instituto de Daimiel y pasa a cursar los estudios eclesiásticos en el seminario de Ciudad Real para acabar en la Pontificia de Toledo con el grado de Doctor en Teología, previo el bienio universitario.

Ordenado de Presbítero con dimisorias en Madrid el día 21 de diciembre de 1907, celebra su primera Misa en la Parroquia de Santa María, de Daimiel, el 25 del mismo mes y año, y es nombrado Coadjutor de San Pedro de Ciudad Real, en octubre de 1910, único cargo que desempeñó en nuestra diócesis.

Tras varias oposiciones a canonjías (Plasencia, junio de 1909 y Zamora, mayo 1910),  las hizo a Castrense. Y, desde el año 1912, desempeñó ese cargo casi toda su vida, llegando a alcanzar el grado de Coronel. Tras causar baja obligatoria como militar (debido a la Ley de Azaña), fija su residencia en Daimiel, en el domicilio que su hermana Consuelo Fisac tenía en la calle Monescillo de dicha localidad.

Hasta el día 18 de julio de 1936 celebra Santa Misa diariamente a las 9 de la mañana en la Iglesia Parroquial de Santa María. El día 19 de julio ya no puede celebrar dicha Misa, al haberse suspendido los cultos religiosos en todas las iglesias de Daimiel por  orden del  entonces alcalde. A pesar de ser consciente del peligro que corría en esos momentos si permanecía en Daimiel, donde era muy conocido y podía sufrir las represalias de la persecución religiosa, prefirió no huir a otro lugar y dar testimonio de su fe e ideales.

No estuvo en prisión, aunque sí vigilado, ni tuvo juicio antes de ser martirizado. Trabajó con especial esmero  como consiliario de la Acción Católica de Daimiel y participando en diversos actos organizados en pueblos de la diócesis., como constas en la documentación conservada en el Boletín oficial de la Acción Católica de la diócesis de Ciudad Real en las fechas de primero de marzo de 1934 a 1 de julio de 1936..

El 13 de agosto de 1936 fueron a buscarlo a casa de su prima Ramona dos milicianos, los cuales le dieron un plazo de veinticuatro horas para preparar 5000 pesetas, y le informaron de que al día siguiente pasarían a recogerlas personalmente. El día 14 de agosto de 1936 volvieron a la casa los mismos dos milicianos, y le dijeron que en lugar de darles el dinero a ellos lo cogiera y les acompañara a ver a Juan Escalona (jefe de milicianos). Éste le somete a un intenso interrogatorio y le deja volver a casa de su prima Ramona, donde contó lo sucedido; y cómo lo último que le dijo Escalona fue: «A una persona se le puede condenar a muerte por uno sólo de estos tres motivos: por ser sacerdote, por ser militar o por ser de derechas; a usted le acusamos al mismo tiempo de los tres motivos«. El 15 de agosto fue asesinado en el camino que va al Santuario de la Virgen de las Cruces. Algunos familiares y amigos trasladaron su cuerpo hasta el Cementerio Católico de Daimiel el 18 de agosto de 1936.

En junio de 1939 se erige en su memoria una Cruz de granito en el lugar del martirio; y finalmente entre los años 1940 y 1945 los restos son trasladados del cementerio hasta la Iglesia de Santa María. Todos estos gestos son pruebas de afecto, estima, consideración y del reconocimiento de  la fama de martirio del sacerdote.

 

7.-  JOSE MARIA RODRÍGUEZ- MADRIDEJOS MARCHAN

Capellan de Mudela

José Mª Rodriguez Madridejos

José María Rodríguez – Madridejos  Marchán, nace en Daimiel el 20 de diciembre de 1886. Hijo de José María y  Carmen. Inclinado al sacerdocio desde su infancia, hizo primeramente el Bachillerato en Toro con los PP. Escolapios y vino después al Seminario de Ciudad Real el año 1902 para cursar los estudios eclesiásticos.

Ordenado sacerdote por el Excmo. Sr. D. Remigio Gandásegui, Obispo- Prior de las Órdenes Militares canta su Primera Misa en Daimiel, el día 5 de abril de 1911; y es nombrado Capellán de las monjas Mínimas en su pueblo natal. El año 1919  pasó a ejercer como capellán de la Encomienda de Mudela y cuidando de su viuda y anciana madre, quien muere antes que el hijo sacerdote.

El  año 1936 llevaba ya diecisiete años actuando como Capellán en la Encomienda de Mudela. En la finca ejerce el ministerio sacerdotal y al mismo tiempo que maestro  desempeña una ejemplar y eficaz labor como educador de niños, jóvenes y obreros. Fue guía,  consejero y servidor de todos.

Al llegar el 18 de julio del 1936 se vio obligado a abandonar la finca y se refugia en el domicilio particular de su pariente el veterinario D. Santos Herreros, vecino de Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real). Buscado por milicianos es arrancado violentamente  de la casa donde se había refugiado y llevado al Cementerio de Valdepeñas donde es asesinado el 20 de agosto de 1936.

Sus restos reposan en el Panteón del Cementerio de Valdepeñas perdurando su memoria como mártir, junto con los compañeros sacerdotes martirizados en esas fechas.

8.- RAMON CAMPILLO VILLENA

Coadjutor de la Parroquia de Santa María

Ramón Campillo Villena

Nace el 19 de abril del año  1888 en el seno de  una familia acomodada de La Solana, su padre era médico, y muy cristiana, pues algún hermano más fue seminarista. El 1900 comienza los estudios eclesiásticos en el seminario de Ciudad Real y, aprobado el primer cursó, pasa a continuar los estudios en Toledo, donde ingresó en los Operarios Diocesanos, que completaron su formación en Burgos, donde cantó Misa en 1911.

Durante cuatro años, fue Vicerrector en el seminario de Valladolid. Finalmente, por circunstancias familiares, se vio obligado a dejar a los Operarios y volver a la  Diócesis de Ciudad Real.

En su pueblo natal ejerce algún tiempo la Capellanía del Convento de las Dominicas. Pasa a Ecónomo de Alhambra y, sucesivamente, Coadjutor en Campo de Criptana; Cura de Cózar y, por fin, Coadjutor de Santa María de Daimiel donde le sorprende la persecución religiosa en julio del año 1936.  Por motivos de seguridad sus hermanos le invitan a trasladarse a La Solana y no aceptó, ya que ellos «tenían hijos» y su presencia podría comprometerles, decía. Permanece en Daimiel acogido en casa de los señores de Herrero  hasta que una criada  lo delata y es apresado.

La  madrugada del 18 de noviembre del 1936 es asesinado en  las tapias del cementerio. El coche que le lleva al cementerio era conducido por un joven daimieleño de muy honorable familia y entrañable amigo suyo en  días mejores.

En octubre de 1939 al ser exhumados los restos para proceder a trasladarlos a su pueblo natal donde reposan se aprecia que el cadáver fue enterrado desnudo y descalzo.

Por los escasos testimonios escuchados y conociendo el talante de la persecución religiosa en Daimiel, la opinión común  es que ejerció siempre el ministerio con ejemplaridad y  la motivación de la muerte fue por ser sacerdote

9.-RAFAEL  SANCHEZ  DE  MILLA

Coadjutor de la Parroquia de San Pedro de Daimiel

Rafael Sánchez de Milla

Rafael  Sánchez de Milla Gómez Carpintero, hijo de Antero y de de Emilia,  nace el 13 de marzo del año 1882 en Daimiel. Fue bautizado en la Parroquia de San Pedro Apóstol de Daimiel por don Juan Andrés Gómez Rico el día 16 de marzo de 1882  e inscrito con el nombre de Rafael- Leandro.

Inicia los estudios eclesiásticos en Toledo y, ordenado Presbítero en Ciudad Real el día 18 de diciembre de 1909 por el Excmo. Sr. D. Remigio Gandásegui Gorrachategui, canta su primera Misa en Daimiel el 25 de diciembre de 1909.

Ejerce el ministerio en las parroquias de Agudo, La Solana, Argamasilla de Alba y Daimiel. Sus cualidades características, la prudencia, la seriedad, la rectitud hicieron gozar de gran estima y prestigio como sacerdote.

Varias veces fue requerido para ser interrogado en la checa de las monjas Mínimas. Y, al fin, en la noche del 22 al 23 deagosto del 1936, desde la checa de las Mínimas, fue sacado con otros compañeros sacerdotes y varios seglares y muerto en la carretera que va hacia manzanares desde Daimiel, en el sitio conocido por «Carrerón».

Perdonó a sus verdugos antes de morir y les agradeció haberle permitido orar y recogerse unos minutos para mejor disponerse a l martirio.

10.- FRANCISCO RODRIGUEZ DE GUZMÁN CARRANZA

Coadjutor de la Parroquia de Santa María, de Daimiel

Fco R de Guzman Carranza

Nacido en Daimiel el 9 de febrero de 1883 fue bautizado en la Parroquia de Santa María La Mayor el 11 de febrero por  don Juan Ramón Cejuela, cura teniente de  dicha parroquia y se le inscribió con los nombres de Francisco Jesús Alejandro; hijo de Saturnino y Paulina. Inicia sus estudios en el Colegio de Getafe con los PP. Escolapios, continuando después los estudios eclesiásticos en el seminario de Ciudad Real hasta terminar.

Es ordenado de Presbítero en las Témporas de S. Mateo del año 1909 y canta su primera Misa en la Parroquia de Santa María el 29 de septiembre de 1909.

Los primeros pasos como sacerdote los recorre como coadjutor ayudando a don José María Rodríguez de Guzmán, su tío, de avanzada edad y enfermo. Así permanece en Daimiel hasta  que en mayo de 1917 pasa como coadjutor a Argamasilla de Alba, de donde en 1922 es trasladado a Torralba y muy pocos meses después a Santa Cruz de Mudela. Y, finalmente es nombrado  coadjutor de Santa María de Daimiel, el año 1926, y en este cargo permanece hasta su muerte el 22 de agosto de 1936.

Por dos veces fue encarcelado; ninguna de las personas que llevaron a cabo la detención viven en la actualidad; la primera vez fue apresado en su domicilio el 11 de agosto de 1936 y conducido al Ayuntamiento. La segunda  el 22 de agosto del mismo año y es llevado al convento de las  Mínimas convertido en cárcel y esa misma noche es asesinado. Los restos reposan en el Valle de los Caídos.

Antes de morir deja una carta a sus familiares, que conserva Paulina González de la Aleja Rodríguez de Guzmán, sobrina carnal (vive actualmente). En dicha carta perdona a sus verdugos y anima a sus familiares a seguir constantes en la fe católica y en el amor a Dios y a la Virgen de las Cruces por los que él moría.

Quienes conocieron a don Francisco consideran plenamente fundamentada la fama de martirio por haber sido testigos de su vida de entrega a Dios, a su vocación y a su familia, así como de su muerte, de su perdón y del amor a Dios y María santísima de las Cruces.

11.- EMILIANO CAMPILLO RÁEZ

Capellán de las Mínimas de Daimiel

Emiliano CampillosEmiliano nace en Daimiel el día 18 de septiembre del año 1897. Fueron sus padres José Joaquín Campillos Fernández  de Silva y María Teresa Ráez de la Zarza. Bautizado el día 22 de septiembre en la parroquia de Santa María. Cursa los estudios eclesiásticos en el Seminario de Ciudad Real, es ordenado sacerdote el 20 de junio de 1920 junto con D. Antonio Martínez Jiménez, natural de Terrinches y D. Rosario de Lope Castellanos, natural de Villanueva de los Infantes, por  el Excmo. Sr. D. Javier Irastorza, Obispo Prior de las Órdenes Militares  y celebra su primera Misa  el día 24 de junio del año 1920 en la parroquia donde fue bautizado.

Ordenado sacerdote fue nombrado secretario del Sr. Obispo (julio de1920); en octubre de 1922  pasa a Daimiel como Coadjutor de Santa María la Mayor; posteriormente, el 15 de febrero de 1929 de cura ecónomo a Torralba de Calatrava; y en diciembre de 1933 es nombrado  Capellán de las monjas Carmelitas de Daimiel. A su vez daba clases de latín y de Ética en la Academia de 2ª Enseñanza de Daimiel.

En compañía  de su madre María Teresa y sus hermanas transcurre su vida de sacerdote en la calle Jesús n.1 de Daimiel, dedicado a su ministerio y a la familia y con un comportamiento correctísimo. Expulsada toda la familia de la casa en que vivían se refugia junto con su madre y hermanas en casa del otro hermano Juan Francisco, y en la persecución religiosa permanece escondido en la calle Maestro Baeza n.3, propiedad del mismo.

Por esos días llega el Padre de la Compañía de Jesús D. Manuel González huyendo de Ciudad Real y pide ayuda y asilo al compañero sacerdote Emiliano. Es bien recibido y los dos sacerdotes permanecen escondidos en la misma casa de Juan Francisco. Ahí celebran diariamente la Santa Misa.

Los milicianos de Daimiel, que buscan a ambos sacerdotes, apresan a  Juan Francisco para que denuncie el paradero de éstos a lo que se resiste, a pesar de los malos tratos y palizas, que le dejarían huellas y lesiones para el resto de su vida. Al enterarse de la situación en la que se encontraba Juan Francisco, ambos sacerdotes salen del escondite y se presentan en el Ayuntamiento de Daimiel  diciendo: “suelten a mi hermano que es un padre de familia. Es inocente y de mí hagan lo que quieran”. Era el día 17 de agosto de 1936 y  el 21 fue asesinado en el lugar conocido por el “Carrerón”. Su hermana  Matilde recogió  en el  Ayuntamiento los enseres del hermano sacerdote: el reloj, un crucifijo y una servilleta.

El cadáver es recogido por la Cruz Roja el mismo día en un majuelo al lado de la carretera que de Daimiel  lleva a Manzanares. D. Emiliano muere abrazado a su crucifijo; el mismo que  su hermana Matilde recogería en el Ayuntamiento de Daimiel. El 29 de mayo de 1960 los restos mortales fueron inhumados en el Valle de los Caídos.

12.- MODESTO DAPAZO MAJÁN

Capellán de Daimiel

Modesto DopazoModesto Dopazo Maján, nació el 24 de diciembre de 1875 en Daimiel. Cursó los estudios eclesiásticos en Toledo y vino a Ciudad Real para acabar el último curso y ordenarse. Era él Bachiller y después obtuvo la Licenciatura en Derecho. Celebró su primera Misa en la propia capilla del Seminario el 2 de junio de 1910 e inmediatamente fue nombrado Capellán del Asilo de Ancianos Desamparados de Tomelloso. Ejerció el ministerio sacerdotal también como Capellán de las Carmelitas de Ciudad Real y de Malagón; Cura de Las Casas.

Sin abandonar el ministerio parroquial nunca, derivó al campo de la enseñanza, especialmente en el Bachillerato en su pueblo natal de Daimiel, al tiempo que desempeñó las Capellanías de la Virgen de las Cruces y de las RR. Josefinas de esta localidad. Sacerdote culto, de abierta mentalidad y con facilidad para escribir, tuvo sus escarceos periodísticos en la juventud colaborando en el periódico «El Pueblo Manchego» fundado por don Javier Irastorza el 1 de enero del año 1910. Su pasión por el periodismo quedó reflejada en sus artículos muy pintorescos y chispeantes del agudo y bienhumorado sacerdote.

Este plan de trabajo y su carácter jovial y abierto le granjearon expensas relaciones en la capital y en toda la provincia, siendo en Daimiel- dice don José Jiménez Mazanares – el sacerdote acaso de más aceptación en los medios obreros y entre los indiferentes y aun adversos para las creencias y prácticas religiosas. Habiendo logrado una posesión en el campo, que él mismo designó expresiva y jocosamente con el apodo de «El manicomio», lugar frecuentado por personas de todas las clases sociales que disfrutaban en determinadas ocasiones de la hospitalidad magnífica de don Modesto.

Así, querido por todos, él como quienes conocieron y trataron a don Modesto encontraron lógico y natural que, al llegar el mes de julio, el Comité rojo le diera plenas seguridades, después de imponerle como rescate una respetable cantidad, hasta el extremo de que se resolvió a no despojarse de su sotana. Sin embargo, el 19 de agosto tuvo confidencias de que se planeaba asesinarle aquella misma noche con otros muchos de Daimiel si no se ponía a salvo inmediatamente. Lo que hizo saliendo para Torralba, en la confianza de que su hermano, muy influyente en esa localidad, se arriesgara a salvarlo. Pero éste, lejos de admitirle en su casa, le obligó a salir en seguida, con un calor asfixiante y custodiado de unos cuantos escopeteros hacia el santuario de Las Cruces, donde se le buscó luego para llevarle preso a Ciudad Real tras sufrir una odisea cruel de insultos, improperios y malos tratos. Y en el Gobierno Civil  estuvo  preso con el PP. Sánchez Oliva y González, don Francisco Granada y don Juan Herrero, todos mártires. Y don Raimundo Muñoz y don José María Gómez y García Muñoz, indultados; pero nadie ha sabido cuándo fue sacado ni en donde murió ni de qué manera don Modesto Dopazo.

Seglar, JOSE MARTIN-GIL MAJÁN

Carpintero, padre de 10 hijos, de Daimiel

José Martín GilJosé de la Presentación Martín – Gil  Maján, nace el día 21 de noviembre del año 1879 en Daimiel; hijo de Celedonio Martín – Gil, de oficio carpintero y de Casilda Maján, recibió el Bautismo el día 23 del mismo mes en la Parroquia de San Pedro de Daimiel, de manos de  don Manuel Martín – Gil, presbítero, con licencia del cura párroco. Contrajo el Sacramento del Matrimonio con María Josefa de la Presentación Utrilla y Gómez Rico, el día 4 de abril de 1907 en la Parroquia de San Pedro de Daimiel.

José, padre de diez hijos: José Joaquín, Ramona, Casilda, Modesto, Matías, María Josefa, Sandalia, Galo y Dolores (Casilda y Josefa profesaron como religiosas Josefinas). Cristiano practicante, antes de acudir a su trabajo de carpintero asistía a la Santa Misa que diariamente se celebraba  a las seis de la mañana  en la Iglesia de los religiosos Pasionista de Daimiel, hiciera frío o calor, lloviera o nevara; después, a su hora estaba en el trabajo.

A partir del 18 de julio de 1936 fue  amenazado a diario por personas armadas, sobre todo al pasar José por delante de la Ermita del Cristo de la Luz, Convento de los Pasionistas. Estos religiosos fueron asesinados unos días después. Por eso, ponían de rodillas a José en la carretera y le decían: «El mismo camino que han llevado estos, vas a llevar tú«. Allí mismo lo sentenciaron a muerte.

El estaba muy preocupado por sus hijos jóvenes, Matías y Galo, escondidos en una huerta colindante a los Pasionistas, y por sus dos hijas, Casilda y María Josefa, Religiosas Josefinas, exclaustradas aquellos días en Manresa. Vivió un mes (18 de julio -23 de agosto de 1936) muy preocupado por la gran inseguridad reinante.

Fue apresado el 20 de agosto de 1936 cuando con salvoconducto del Ayuntamiento se disponía a viajar a Manresa para recoger a sus dos hijas religiosas. José era consciente del peligro que corría. En ese mismo día manifestó al barbero: «Mario, me van a matar. No lo siento por mí. Lo siento por mis hijos y por mi mujer«.  Estuvo preso tres días en el convento de las M. M. Mínimas convertido en «checa», donde estaban presos muchas personas. Martirizaban a los prisioneros haciéndoles sacar agua de la noria, uncidos como animales, los tiraban a la alberca…;  A José le obligaban a fregar el convento de rodillas.

Lo fusilaron en la madrugada del 23 de agosto, en las paredes del cementerio, junto a otros seglares y sacerdotes. Esa madrugada fue recordada como «la noche de los curas«. Según el testimonio del jefe de camilleros de la Cruz Roja, Francisco Martín de Bernardo, José, antes de que los mataran a todos, que eran trece, dijo al pelotón: «a todos los presos se les concede una gracia antes de morir. Yo os pido que me concedáis una«. «¿Qué pides?», dijeron. Y José contestó: «Como hay muchos sacerdotes entre nosotros, que uno de ellos nos dé la absolución a todos«.

Se lo concedieron y fue el sacerdote D. Francisco Carranza quien lo hizo. Además de éste, entre los sacerdotes de aquella noche estaban: D. Francisco Rodríguez de Guzmán; D. Martín Álvarez; D. Ramón  Campillos; D. Aurelio Moreno Cruz, capellán de las Mínimas; D. Rafael Sánchez de Millas, coadjutor de S. Pedro; D. Santiago García de Mateos, párroco de Santa María, a quien llevaron atado de los pies arrastrado por un coche, desde las Mínimas al cementerio, llegando casi sin  cabeza. José Martín –Gil murió como un mártir por la fe cristiana.